Donald J. Trump viajó a Nueva York desde Florida el lunes para enfrentar la lectura de cargos en la primera acusación de un expresidente estadounidense, su viaje fue monitoreado minuciosamente desde el momento en que salió de su propiedad en Palm Beach hasta que llegó a Trump Tower en Midtown.
Los rastreadores en vivo siguieron su avión rojo, blanco y azul hasta su llegada al aeropuerto La Guardia. Helicópteros transmitieron la caravana que lo llevó a su casa en Manhattan, que estaba cercada por la prensa, la policía y los manifestantes.
El martes, el estruendo dará paso a un drama solemne con apuestas históricas. El expresidente será llevado al centro de la ciudad por policías y agentes del Servicio Secreto para que se entregue en la oficina del fiscal de distrito de Manhattan, Alvin L. Bragg.
Luego será procesado en el edificio de los tribunales penales de Manhattan, donde sus partidarios planean una manifestación afuera.
El alcalde Eric Adams advirtió a los partidarios de Trump que mantuvieran la paz y dijo que la dignidad de los procedimientos no se vería afectada.
Se desplegaron barricadas y el Departamento de Policía envió una orden de estar listos a sus aproximadamente 35.000 oficiales, una fuerza más numerosa y mejor entrenada que algunos ejércitos nacionales.
La acusación que desató el furor está vinculada a un pago realizado durante las elecciones de 2016 para comprar el silencio de una estrella porno, Stormy Daniels. La Sra. Daniels ha dicho que tuvo una breve relación sexual con el Sr. Trump en 2006. El Sr. Trump niega la aventura.
El caso de Bragg contra Trump ya ha perturbado el panorama político nacional, y Trump ha atacado el proceso como un movimiento partidista destinado a paralizar su candidatura a la nominación republicana a la presidencia en 2024.
La acusación es el resultado de una de varias investigaciones sobre la conducta de Trump. En Georgia, el fiscal de distrito del condado de Fulton está examinando si intentó presionar a los funcionarios estatales para que convencieran al estado en su columna en las elecciones de 2020.
Un fiscal especial federal está investigando el caso de documentos clasificados encontrados en su poder y su participación en los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de los EE. UU. que tenían la intención de bloquear la certificación del voto.
