El pasado miércoles 13 de julio, Karen Rojo, ex alcaldesa de Antofagasta, fue detenida en Holanda, donde vivía cómo refugiada desde hace unos tres meses tras huir de Chile, con el objetivo de no cumplir 5 años y 1 un día de cárcel por fraude fiscal.
Fue en el pueblo de Ter-Apel en la provincia de Groningen —a unos 200 kilómetros de Ámsterdam— donde Rojo solicitó asilo en un albergue. Allí vivió con firma mensual donde estaba con otros refugiados.
Además, el gobierno holandés le proporcionaba 50 euros semanales para realizar trámites, incluida la comida del grupo y el derecho a salir. El estilo de vida de la exjefa comunal llegó a su fin cuando un chileno la reconoció en la calle y le tomó una foto.
Desde ese entonces, Rojo ha estado privada de su libertad en los Países Bajos durante seis a ocho semanas mientras continúa su proceso de extradición.
Aunque Chile no tiene un tratado de extradición con Holanda, la ex-alcaldesa puede ser repatriado al país bajo cualquier circunstancia a través del principio de cooperación.
Catalina Barría, jefa de la PDI en ámbitos internacionales, dijo que “si se resuelve sin problemas por la vía diplomática, se requiere que nuestros funcionarios del Interpol puedan ir al país, para que Rojo pueda ser trasladada a nuestro país”.
