Telemedicina en Chile: ¿Es una atención de calidad?

En 2021 el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó y difundió el estudio "Sobre telemedicina en América Latina: motivaciones, usos, resultados, estrategias y políticas".
Este informe, que implicó un análisis bibliográfico, así como también una encuesta a 1.443 profesionales de la salud de 19 países de la región y, entrevistas a más de una veintena de expertos en telemedicina, arrojó varias conclusiones.
Una muy interesante es que un 43% los encuestados afirmó que sentía que con la telemedicina se reducían las brechas de desigualdad social en salud. No obstante, pese a esta percepción positiva, solo un 17,4% de los profesionales encuestados usaban la telemedicina como medio para atender pacientes.
Está claro que ese porcentaje fue mucho mayor durante la pandemia, que definitivamente marcó un antes y un después en la incorporación de la telemedicina como una herramienta más entre las alternativas de atención clínica.
Previo a la llegada del COVID-19, la telemedicina era resistida por los médicos y contaba con muy poca penetración a nivel global, no sólo en América Latina.
"Los clínicos veían la telemedicina como una amenaza, como un sustituto de la atención presencial siendo que en verdad es un complemento y que claramente no se puede implementar para todas las consultas", enfatiza Rodrigo Solovera, CEO de PORTALDOC.
Lo concreto es que, en pandemia, las circunstancias obligaron a implementar las videoconsultas para mitigar todo lo que se vivió en el marco de esa crisis sanitaria global: falta de atención médica, colapso de la capacidad hospitalaria, interrupción de tratamientos, entre otras situaciones.
Rodrigo Solovera, CEO de PORTALDOC , con años de expertise en el área clínico asistencial y tecnológica en salud, es una voz autorizada en este tema a nivel regional.
"Si bien es cierto, desde el punto de vista técnico, la tecnología para poder implementar telemedicina a baja escala ya estaba disponible antes del año 2000, fue después del 2010 que se dieron las mejores condiciones respecto a software, hardware y conectividad suficiente para poder abordar proyectos más ambiciosos, que fueran más allá del telediagnóstico o telemonitoreo de signos vitales", comenta el profesional.
"En lo que podríamos definir como el primer periodo de la telemedicina, uno de los grandes aprendizajes fue que no basta con tener miles de dispositivos capturando datos de salud de pacientes por todo el mundo, procesados por potentes softwares y presentados en llamativos dashboards", agrega Rodrigo.
Según explica el CEO de PORTALDOC, en salud, el "para qué" es muy relevante y en este contexto, debe ser el área médica quien defina el norte, ya que ellos saben qué datos se requiere capturar para poder obtener la información útil para tomar decisiones en el cuidado de la salud de sus pacientes o tratamientos respectivos.
Esto puede ir desde simples atenciones por videoconferencias, hasta seguimiento de pacientes crónicos o monitoreo en el caso de hospitalización domiciliaria. En todos los casos se debe contar con protocolos y estándares mínimos de calidad, que refuercen la utilidad clínica de esas atenciones.
"En pandemia, este fue uno de los puntos bajos del sistema de salud en general en Chile y América Latina, ya que no habían protocolos de atención remota establecidos, ni estándares definidos a nivel regulatorio, la urgencia obligó a resolver con todas las herramientas disponibles para atender los pacientes, la mayoría sólo por video consulta, tanto en el sector público como privado", comenta el experto.