Nassim Taleb, autor influyente en la cultura actual, nos habla de la inteligencia artificial de un modo crìtico y esclarecedor

Inteligencia Artificial y Nassim Taleb. Una mirada del autor de "El cisne negro"

Grandes intelectos como Taleb, que influyen en la opinión pública, reflexionan sobre la revolución de la IA. Sus pareceres no son subjetividades, en cambio, ofician como guía para pensar el futuro que nos cerca.
sábado 13 de septiembre de 2025

Nassim Taleb frente a la inteligencia artificial: entre cisnes negros y máquinas parlantes

 

La inteligencia artificial ocupa hoy el centro del escenario. Se la presenta como el nuevo oráculo capaz de transformar oficios, empresas y hasta la idea misma de lo humano. Pero no todos se dejan deslumbrar. Entre las voces que cuestionan sus promesas se encuentra Nassim Nicholas Taleb, matemático y ensayista libanés radicado en Estados Unidos, autor de El cisne negro y Antifrágil. Taleb no observa la IA desde la fascinación tecnológica sino desde la sospecha: su interés se centra en los riesgos, las ilusiones colectivas y la fragilidad de los sistemas complejos.

Una de sus críticas más conocidas apunta contra lo que denomina la falacia del escalado. La industria celebra modelos cada vez más grandes, entrenados con montañas de datos, bajo la ilusión de que ese crecimiento los conducirá inevitablemente a la inteligencia general artificial, la tan mentada AGI. Taleb responde con escepticismo: lo cuantitativo no se traduce en cualitativo. No porque una biblioteca acumule más libros entiende mejor el mundo; del mismo modo, inflar las máquinas no las convierte en seres pensantes. Lo que se magnifica es su alcance, no necesariamente su inteligencia.

Ese escepticismo se extiende al terreno económico. Taleb, experto en finanzas, advierte que el fervor en torno a la IA recuerda demasiado a otras burbujas. El ascenso meteórico de compañías como Nvidia o las apuestas multimillonarias de Silicon Valley pueden ser un castillo de naipes. La irrupción de firmas más ágiles y baratas, como la china Deepseek, demuestra lo rápido que la balanza puede inclinarse. La historia de las punto.com late detrás de este entusiasmo: aquello que se presenta como inevitablemente triunfante puede desmoronarse de un día para el otro.

Tampoco deja de lado la pregunta por el trabajo. Frente a quienes imaginan una automatización que sustituirá a millones de personas, Taleb recupera el llamado “Efecto Lindy”, según el cual lo que ha durado durante siglos probablemente seguirá durando. Así, oficios manuales como la plomería, la enfermería o la cocina, que resisten generación tras generación, parecen más sólidos que muchos empleos de oficina hoy prestigiosos pero frágiles frente al reemplazo digital. El tiempo, sugiere Taleb, es un mejor juez que la moda tecnológica.

Quizás el concepto más fértil que aporta a este debate sea el de “antifragilidad”. No basta con que un sistema sea robusto y resista las sacudidas: lo valioso es que aprenda de ellas y salga fortalecido. En esa clave, la inteligencia artificial debería diseñarse no solo para evitar errores sino para metabolizarlos, como los músculos que crecen tras desgarrarse en el esfuerzo. Una tecnología rígida, incapaz de absorber el fracaso, es sembrar fragilidad en un terreno que de por sí es incierto.

Y allí reaparece su idea más famosa: la del cisne negro. La IA puede traer consigo beneficios insospechados, pero también riesgos de enorme escala que nadie anticipa. Frente a lo desconocido, Taleb insiste en el principio de precaución: no avanzar ciegamente hacia lo irreversible sin medir los peligros. Lo que se presenta como progreso puede esconder un desastre si no se actúa con cuidado.

En definitiva, su mirada no es la del tecnófobo sino la de un pensador que invita a desconfiar de las narrativas triunfalistas y a observar con atención dónde se esconden las fragilidades.

La inteligencia artificial —recuerda Taleb— no es un oráculo ni un monstruo, sino un espejo de nuestras ilusiones y debilidades. Y acaso el verdadero desafío no consista en hacer máquinas que lo sepan todo, sino en construir sistemas que, como nosotros, aprendan a fortalecerse en medio de la incertidumbre.

En este sentido:

“La inteligencia artificial no es un fin en sí mismo, sino un medio para liberar el potencial humano. El verdadero reto no está en las máquinas que aprenden, sino en las organizaciones que se animan a desaprender”, suele remarcar Julián Colombo, CEO de N5, en sus reflexiones sobre la transformación digital.

El mismo Colombo nos entrega por medio de podcasts amenos y accesibles el valor invaluable que tiene el aporte de Taleb al pensamiento contemporáneo, reconociendo en él una brújula para entender los riesgos y las posibilidades de nuestro tiempo.

Inteligencia Artificial y Nassim Taleb. Una mirada del autor de "El cisne negro"
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