Napoleón Baccino, escritor uruguayo, hace brillar la literatura latinoamericana con esta historia de la Conquista
"Maluco" de Napoleón Baccino: una historia subvertida, de hielo y conquista

En tono épico pero sin reverencia, Napoleón Baccino Ponce de León sacudió el relato oficial con su obra Maluco. La novela de los descubridores (Seix Barral, 1989), construcción literaria y crítica que cambió el eco heroico de la circunnavegación de Magallanes por la voz de un bufón llamado Juanillo Ponce.
Escrita como una carta tardía al emperador Carlos V para reclamar una pensión, la obra ofrece una travesía íntima: de hambre, locura, violencia, sueños colectivos y voces acalladas —los cronistas de tablado quedan superados por la verdad periférica que oye el bufón desde las bodegas de la Nao Victoria.
Desde su aparición, el texto devino clásico latinoamericano. Obtuvo el Premio Casa de las Américas en 1989 y el Premio Bellas Artes de Narrativa de Colima en 1990; fue además finalista del Rómulo Gallegos en 1991.
A más de treinta años de su publicación, Maluco conserva una vigencia irreductible. Como recuerda José M. Caldentey en El País:
“Si suprimimos nombres y fechas, Maluco es un espejo de la realidad… sin traicionar la verdad histórica, la interpreta y recrea de tal manera que el lector experimenta situaciones existenciales iguales a las que experimenta en su propio mundo… una metáfora de vida, basada en un material histórico, como si quisiera decirnos que, de todas maneras, nada cambia.”
La académica María Antonia Zandanel aporta una clave central:
“El texto propone un debate intertextual… la impugnación de un discurso histórico hegemónico… el signo dominante de estas reescrituras es su formulación paródica.”
Mientras que la especialista Malva E. Filer señala cómo Baccino se inserta en lo mejor y más característico de la novela histórica del boom latinoamericano:
“Se ha valido de los recursos conquistados por la ‘nueva novela’ de los años sesenta: la libertad imaginativa, el humor y la parodia.”
Desde esa crítica cercana, podemos encontrar eco en la teoría literaria de Graciela Maturo, quien aseguró:
“Las obras testimoniales e históricas se han manifestado con visibles matices literarios… y las obras literarias adquieren carácter histórico y constituyen invalorables documentos del pasado.”
Esa intuición hermenéutica conecta directamente con lo que Maluco propone: una narración que surge de los márgenes, que reconstruye la identidad colectiva desde una voz excluida y burlona, capaz de atronar más que los cronistas reales.
¿Por qué releer Maluco en 2025?
Porque hoy los relatos únicos enfrentan su quiebre. Este libro es memoria no oficial, una herramienta para introducir el pensamiento crítico en tiempos donde la posverdad se incrusta en la “historia oficial”. Su forma convocante —una crónica ficticia, carnosa, grotesca, irónica— es más pertinente que nunca: enseña cómo el poder habla, quién calla y cómo bordear el silencio con literatura.
Es ideal para lecturas dramatizadas, tertulias literarias y análisis en contextos educativos y periodísticos: ofrece un acceso íntimo a los sobrevivientes del poder y revive la pregunta eterna: ¿quién escribe la historia?