Pdte. Boric busca dar sentido político a su hoja de ruta laboral "Es más que un ‘check’"

En el Día del Trabajador, el presidente Boric defendió su agenda laboral destacando avances como la Ley de 40 Horas y la Sala Cuna Universal, mientras enfrenta tensiones con la CUT y el empresariado por las reformas pendientes.
jueves 01 de mayo de 2025

En un contexto de transformaciones sociales y presiones políticas cruzadas, el Presidente Gabriel Boric encabezó este jueves la conmemoración oficial del Día Internacional del Trabajador. La ceremonia, marcada por un tono institucional y propositivo, tuvo como telón de fondo los principales desafíos laborales del país: la ampliación de derechos, el debate sobre la negociación colectiva sectorial —conocida como negociación ramal— y la tramitación de la Ley de Sala Cuna, hoy en discusión en el Senado.

El acto no solo reunió a figuras del oficialismo, sino también a protagonistas de la oposición y del pasado político reciente. Asistieron exministros del Trabajo de diversas administraciones, incluyendo a dos actuales presidenciables con trayectorias marcadamente opuestas: Jeannette Jara (Partido Comunista) y Evelyn Matthei (UDI). Un gesto de transversalidad que el Ejecutivo ha intentado cultivar en sus reformas.

Durante su discurso, el mandatario destacó los avances legislativos impulsados por su administración, como la implementación de la Ley de 40 Horas, la aún estancada reforma previsional y la Ley Karín —normativa que protege a trabajadoras del sector público frente al acoso laboral y sexual.

Boric subrayó que la agenda laboral del gobierno "no es para marcar un check", sino parte de una visión estructural que busca responder a demandas históricas del mundo del trabajo. En un gesto poco habitual en tiempos de polarización política, también reconoció aportes laborales de gobiernos anteriores, mencionando a los expresidentes Aylwin, Lagos, Bachelet y Piñera.

El evento coincidió con un acuerdo recientemente alcanzado entre el Ejecutivo y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) para reajustar el salario mínimo. Según lo pactado, este alcanzará los 529 mil pesos en mayo y subirá a 539 mil en enero de 2026.

Si bien el monto quedó por debajo de las expectativas iniciales de la CUT, su presidente, David Acuña, aprovechó la instancia para reiterar el llamado a avanzar en reformas estructurales, como la negociación ramal, que permitiría fijar condiciones laborales comunes por sector productivo.

Desde el mundo empresarial, la presidenta de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Susana Jiménez, enfocó su mensaje en la urgencia de incentivar la participación formal en el mercado laboral. A su juicio, herramientas como la Ley de Sala Cuna son clave para reducir las barreras de ingreso, especialmente para mujeres, y enfrentar la informalidad que afecta a más de un cuarto de los trabajadores en Chile.

El Ejecutivo ha reafirmado que su prioridad legislativa inmediata es precisamente la Ley de Sala Cuna. El proyecto que busca garantizar el acceso universal a este derecho sin importar el tamaño de la empresa o el tipo de contrato— aún se encuentra en su primer trámite constitucional en el Senado.

Su aprobación sería un hito, no solo en términos de equidad de género, sino también como una señal de que el Estado puede responder, aunque de forma gradual, a las urgencias sociales postergadas por décadas.

Así, el Día del Trabajador de 2025 se inscribe en un escenario de reformas posibles pero tensionadas, donde el diálogo social, más que un gesto simbólico, se vuelve una condición necesaria para destrabar acuerdos. En un país marcado por la desigualdad estructural y la fragmentación sindical, el debate sobre el futuro del trabajo no solo implica legislar: exige definir para quién se legisla.

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