Grabado de patentes: El apuro por cumplir la norma podría salir caro si se elige mal el servicio

A pocos días del plazo legal para el grabado de patente en los vidrios del auto, aumentan los casos de servicios informales que dejan daños costosos e irreparables. Elegir mal puede terminar costando millones.
miércoles 30 de abril de 2025

Con la cuenta regresiva hacia el 14 de mayo avanzando rápidamente, miles de automovilistas en Chile se apresuran para cumplir con la normativa que exige el grabado de la patente en vidrios y espejos del vehículo.

Sin embargo, este proceso, que a simple vista parece sencillo, ha generado más de un dolor de cabeza: errores en la ejecución, servicios informales y reparaciones costosas están convirtiendo una obligación legal en una potencial trampa económica para muchos conductores.

El grabado de patente no es solo un trámite: se trata de una medida de seguridad implementada por el Ministerio de Transportes para dificultar la comercialización de vehículos robados y facilitar su identificación. Pero, como suele ocurrir con las regulaciones que implican cambios en masa, el apuro por cumplir ha abierto espacio para servicios de dudosa calidad, sin respaldo técnico ni garantías.

El costo de lo barato: reparaciones que superan los $2 millones

Según Manuel Aspe, CEO y fundador de Gravat, una empresa especializada en grabado profesional de patentes, los errores en este proceso pueden tener consecuencias graves, no solo en términos legales, sino también financieros. “Un mal grabado puede requerir desde un pulido que cuesta entre $200.000 y $300.000 pesos, hasta el reemplazo total de vidrios, que puede superar los $2 millones”, advierte.

El uso de técnicas caseras o herramientas inadecuadas —como grabadores manuales tipo dremel o sistemas de “puntitos”— suele generar resultados ilegibles, desalineados o con terminaciones irregulares. En esos casos, si el grabado no cumple con los estándares de visibilidad que exige la ley, el vehículo podría incluso ser rechazado en una revisión técnica.

Más allá del cumplimiento normativo, Aspe subraya otro factor relevante: el impacto en el valor del auto. “Un grabado mal hecho afecta directamente el precio del vehículo en una eventual venta. Muchos compradores exigen que se repare el vidrio o espejo, y eso representa un gasto adicional para el dueño”.

Servicios informales: sin garantías y sin responsabilidad

Uno de los grandes riesgos que enfrentan los automovilistas es recurrir a servicios informales, muchas veces ofrecidos en la calle o por redes sociales, que no entregan boleta, no ofrecen garantía y tampoco cuentan con personal capacitado. Según Aspe, esto no solo afecta la calidad del grabado, sino que deja a los usuarios desprotegidos ante cualquier problema. “No tienes a quién reclamarle; lo más probable es que nunca más veas a esa persona”, afirma con contundencia.

La recomendación es clara: optar por empresas formales que emitan boleta, ofrezcan respaldo técnico y garanticen el cumplimiento normativo. “La gente debería exigir ver una muestra del trabajo antes de contratar el servicio. Una empresa seria no tendrá problemas en mostrar lo que hace”, sugiere el CEO de Gravat.

Además, recalca que en su empresa entregan un certificado que acredita que el grabado cumple con la normativa vigente, algo que puede marcar la diferencia en caso de una fiscalización o eventual revisión técnica.

¿Qué considerar antes de grabar la patente?

A menos de dos semanas del plazo final, los automovilistas deben actuar con criterio. Elegir un grabado de patente no es simplemente “tachar un ítem” de la lista de obligaciones, sino invertir en un servicio que garantice seguridad, legalidad y cuidado del vehículo.

Optar por lo más barato puede terminar costando mucho más caro. Como ha quedado en evidencia, un mal grabado no solo incumple la norma, también puede dañar permanentemente el vidrio, reducir el valor del auto e incluso dejarlo fuera de circulación si no pasa la revisión técnica.

En un contexto donde la normativa es clara y el tiempo apremia, la mejor decisión es acudir a servicios profesionales, exigir boleta, garantía, y verificar la experiencia del proveedor. Porque cumplir con la ley no debería transformarse en un problema... y menos aún, en una pérdida millonaria.

¿Qué opinión tienes sobre esta nota?