El Proyecto de Ley de Apuestas en Chile: características e implicaciones
Los casinos online y las apuestas deportivas son dos de las actividades de entretenimiento más populares del momento. Son divertidas y atractivas, y están disponibles para todo público. En general, se encuentran en una curva de crecimiento muy importante, que se viene sosteniendo en los últimos años.
La comodidad es uno de los principales factores que llevó a este crecimiento. Los usuarios pueden participar desde su propio hogar, y en el horario que elijan. Así, tienen una completa libertad al momento de jugar.
En Chile, las apuestas deportivas están un escalón por encima de los casinos. Esto se debe al fanatismo de los chilenos por los deportes, especialmente el fútbol. Mezclando esta pasión con la adrenalina de las apuestas, se llegó a una fórmula exitosa. Así, sitios como Betano Chile se han consolidado de gran manera entre los usuarios.
¿Es legal apostar en Chile?
Ante la falta de una ley, no existen sitios oficiales instalados en Chile, con licencias otorgadas por el gobierno. Hasta el momento, lo que sí existe es una Ley de Casinos, que afecta únicamente a los establecimientos físicos.
La ley 19.995 se promulgó en 2005, con puntos como:
- Se encarga de regular todos los casinos físicos que estén en el territorio chileno.
- Las licencias que son otorgadas tienen una duración de 15 años, con posibilidad de renovación.
- Al otorgar una licencia, el casino tiene un plazo máximo de 2 años para abrir el establecimiento y ponerlo en funcionamiento.
- Para abrir un casino y brindarle una licencia, el o los propietarios, deben justificar su propuesta. Por ejemplo, cómo beneficiará para incrementar el turismo local.
El camino hacia la regulación: el Proyecto de Ley de Apuestas
Por eso, se presentó un proyecto de Ley de Apuestas Deportivas y Juego Online. Aún está en tratativas en el poder político, pero se espera su promulgación en el corto plazo.
Esta nueva Ley abarcaría diversos aspectos:
- La creación de un mercado competitivo y transparente.
- La protección de la salud y seguridad de los jugadores.
- La prevención del acceso de los sectores vulnerables a estos sitios.
- Un control más estricto sobre el origen de los fondos que se manejan en las apuestas.
- El aumento en la recaudación fiscal.
