Sabemos que el buscador Google siempre nos sorprenda con sus doodles en homenaje a históricos personajes. Este martes 6 de julio no fue la excepción porque esta ves le tocó a Ángela Peralta. Conoce aquí su mini-historia.
Quién fue Ángela Peralta y porque es recordada
Era conocida por sus seguidores como El ruiseñor mexicano, mientras que en Italia la llamaban “Angelica di voce e di nome”. Tal fue la fama internacional de Peralta que el emperador mexicano Maximiliano la nombró Cantante de Cámara del Impero.
Sin embargo, aparte de sus dotes para el bel canto, Ángela también destacó como una consumada arpista y también como compositora, con numerosas piezas románticas, entre ellas galopas, danzas y fantasías.
Ángela Peralta, nació en Ciudad de México el 6 de julio de 1845. De ascendencia indígena y familia muy humilde, trabajó desde muy niña como sirvienta para ayudar a la economía de su familia.
Según publicó ElPaís, la recordada mujer debutó en la ópera a los 15 años interpretando el personaje de Leonore en Il Trovatore, de Verdi, en el Teatro Nacional en la Ciudad de México.
El éxito de la crítica y del público contrastaron con su soledad personal, en plena adolescencia, y mientras en su país se combatía la invasión francesa. A finales de 1865 Ángela Peralta regresó a México.
Aprovechando este reconocimiento realizó una gira por el país con presentaciones en Guanajuato, León y San Francisco del Rincón, llegando incluso a inaugurar el Teatro Juan Ruiz de Alarcón -hoy Teatro Degollado- en Guadalajara.
A lo largo de su carrera Peralta fue conocida por sus interpretaciones de la Lucia de Donizetti, que cantó 166 veces, así como por el personaje de la Amina de Bellini, con el que registró 122 actuaciones.
Salió a la luz entonces la relación amorosa que había emprendido en su última gira europea con su administrador y escritor Julián Montiel Duarte.
Ángela Peralta se presentó en Querétaro, Celaya, Aguascalientes, Zacatecas, Guanajuato, San Luis Potosí y Morelia, en el Teatro Progreso de Monterrey, en Saltillo, Durango y en La Paz. Al llegar a Mazatlán interpretó Il trovatore y Aida, pero fue víctima de una epidemia de fiebre amarilla fulminante, enfermedad casi incurable en aquellos tiempos.
Un año después, emprendió su primer viaje a Europa. Acompañada por su padre, llegó a Italia para perfeccionar sus estudios de canto.
En el lecho de muerte Ángela contrajo matrimonio con su eterno amante Julián Montiel, y falleció el 30 de agosto de 1883 a la edad de 38 años en los altos del Teatro Rubio, donde se alojaba.
