El Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), en tanto, elevó la potencia del temblor a 7,5 grados, pero después lo ajustó a 7,2. Ubicó su epicentro cerca del puerto turístico de Acapulco, en el Pacífico, donde muchos mexicanos acudieron para pasar la Semana Santa.
Alicia Domínguez, operadora telefónica en la oficina de Protección Civil de Acapulco, dijo que había mucho miedo entre la gente. “Sí existen crisis de pánico”, dijo Domínguez a AP. “Los turistas son principalmente los que se exaltan”, añadió.
El sismo se sintió en varios estados del centro y sur, aunque sólo se han reportado bardas y árboles caídos, vidrios rotos y la suspensión del servicio eléctrico por algunos minutos.
Sus efectos llegaron incluso hasta la ciudad de México, donde los vecinos han abandonado sus casas por precaución. “Al principio se movían las cortinas, pero después se puso más duro. Empezaron a cerrarse y abrirse las puertas”, contó un testigo. “Luego cortaron la luz . Ya todo el mundo está evacuando”, explicó
