Cuando el partido estaba 0 a 0 y Uruguay era pura impotencia, ya que quedaba eliminado, Luis Suárez le mordió el hombro al italiano Chiellini y se salvó de ser expulsado porque el árbitro no lo vio.
El italiano, desencajado, se arremangó la camiseta y mostró la marca de los dientes de Suárez, pero el árbitro decidió no expulsarlo.
Tabárez defendió a Suárez. “No vi la incidencia, no voy a hacer comentarios”, afirmó el director técnico, antes de defender a Suárez, una de las figuras del equipo.
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