2025-12-26

Autocrítica tras la dura derrota ante Kast: pareja de Jara responsabiliza al desgaste del gobierno de Boric

Una carta de Claudio Rodríguez (PC) analiza sin eufemismos la derrota del oficialismo y sostiene que el triunfo de José Antonio Kast respondió a una estrategia comunicacional eficaz y a errores no asumidos del Gobierno.

Una reflexión dura y poco complaciente sobre la derrota electoral del oficialismo fue la que expuso Claudio Rodríguez, militante del Partido Comunista y pareja de la excandidata presidencial Jeannette Jara, en una carta publicada recientemente en La Tercera. El texto busca ir más allá del resultado inmediato y pone el foco en los errores estratégicos, comunicacionales y políticos que —a su juicio— allanaron el camino para el triunfo de José Antonio Kast.

Según Rodríguez, el resultado fue “claro” y responde a un diseño político bien estructurado por parte de la derecha dura, que logró instalar con eficacia una agenda centrada en seguridad pública, migración y crecimiento económico. A ese marco discursivo se sumó, sostiene, un flanco abierto del propio Gobierno: la probidad como promesa no cumplida, un elemento que terminó debilitando al bloque oficialista ante la opinión pública.

El militante comunista reconoce que, desde el punto de vista comunicacional, esos ejes fueron correctamente posicionados, incluso cuando el programa del candidato ganador fue —en su evaluación— “minimalista, efectista y técnicamente insuficiente”. Para Rodríguez, el triunfo no se explica por la profundidad de las propuestas, sino por la capacidad de conectar con preocupaciones inmediatas de la ciudadanía.

En ese marco, destaca la disciplina estratégica de José Antonio Kast, quien evitó deliberadamente debates o escenarios donde quedaran en evidencia sus debilidades en empatía o carisma. Aunque califica la táctica como riesgosa, admite que fue compensada con un relato que instaló el costo político de representar la continuidad de un gobierno mal evaluado, reforzado además —aunque de manera secundaria— por el anticomunismo tradicional.

Rodríguez advierte que el éxito de Kast no fue solo electoral, sino también estratégico, al existir una planificación previa orientada a la instalación del nuevo liderazgo y al control de las expectativas ciudadanas. En esa lógica, el líder republicano fue proyectado como una figura en contraposición directa al presidente Gabriel Boric, marcando un quiebre simbólico con el ciclo político anterior.

No obstante, el autor de la carta anticipa que ese mismo diseño podría transformarse rápidamente en un problema: administrar promesas difíciles de cumplir podría derivar, en el corto plazo, en frustración social si las expectativas no se ajustan a la realidad.

Pese al tono crítico, Rodríguez dedica un espacio relevante a destacar el desempeño de Jeannette Jara, señalando que sus cualidades personales y políticas “contribuyeron a evitar una debacle”, en un escenario donde a comienzos de año se proyectaba un balotaje entre dos candidaturas de derecha.

Además, subraya que su postulación logró articular la alianza presidencial más amplia de la historia, incorporando incluso a la Democracia Cristiana, y que su liderazgo es percibido como convocante por la ciudadanía, según datos de la encuesta Descifra.

En su conclusión, Rodríguez plantea que la derrota obliga a la izquierda y la centroizquierda a una revisión que vaya más allá de explicaciones coyunturales. A su juicio, el desafío es doble: una autocrítica inmediata de la campaña y una mirada estratégica de largo plazo.

Revincular al sector con las condiciones materiales, la cultura y las expectativas sociales y económicas del mundo popular de 2025 es quizá el desafío principal”, concluye, marcando una hoja de ruta que trasciende el resultado electoral y apunta al futuro del progresismo chileno.

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