Tensión al límite: India bombardea supuestas bases terroristas en Pakistán y escala conflicto en Cachemira
Una ofensiva aérea lanzada por el Ejército de la India en territorio paquistaní reaviva un conflicto histórico que amenaza con una nueva escalada militar en el sur de Asia.
Durante la madrugada del martes, fuerzas militares indias llevaron a cabo la denominada Operación Sindoor, un bombardeo sobre al menos nueve presuntas bases terroristas ubicadas tanto en Pakistán como en la región de Jammu y Cachemira bajo administración paquistaní. Según el gobierno de Narendra Modi, estos lugares eran centros de planificación de ataques recientes contra suelo indio.
La ofensiva se da en respuesta al atentado del pasado 22 de abril, donde murieron 26 personas en Cachemira administrada por India, crimen del cual Nueva Delhi responsabiliza directamente a Islamabad. Esta nueva arremetida —calificada por el Ministerio de Defensa indio como "cirúrgica, limitada y no escalatoria"— fue ejecutada con armamento de precisión, según señalaron, evitando instalaciones militares paquistaníes para concentrarse en lo que describieron como "infraestructura terrorista".
Sin embargo, la narrativa desde Pakistán difiere radicalmente. Las autoridades del país han condenado el ataque como una agresión injustificada contra civiles. El Ejército paquistaní denunció que entre los afectados se encuentra un menor fallecido, además de una mujer y un hombre heridos, y acusó a India de atacar incluso una mezquita.
Un conflicto de larga data que vuelve a surgir
La disputa por la región de Cachemira —territorio montañoso dividido entre ambas potencias nucleares desde 1947— ha sido uno de los principales focos de tensión geopolítica en Asia durante más de siete décadas. A pesar de los múltiples acuerdos de alto el fuego, los incidentes en la Línea de Control (LoC), la frontera de facto entre ambos países, se han mantenido constantes.
Con este nuevo episodio, tanto India como Pakistán reactivan un ciclo de acusaciones cruzadas y medidas militares que amenazan la estabilidad regional. Las declaraciones del gobierno paquistaní, que ya anunció represalias, sugieren que el conflicto podría escalar aún más en los próximos días.
La comunidad internacional observa con cautela, mientras las implicancias de este nuevo enfrentamiento podrían extenderse más allá de la zona de conflicto y afectar alianzas estratégicas en una región clave para el equilibrio global.