Incautan más de 100 carros de supermercado en Matadero Franklin: avalúo supera los $15 millones
En un operativo realizado ayer jueves 24 de abril, fueron recuperados 109 carros de supermercado en el tradicional barrio Matadero Franklin, en Santiago. El procedimiento fue resultado de una colaboración entre ALTO Chile, compañía especializada en seguridad y prevención de delitos, la administración del recinto, y Carabineros de la 4ª Comisaría de Santiago Centro.
El valor total de los carros incautados asciende a más de $15 millones de pesos ($15.369.000), marcando un importante avance en la recuperación de activos sustraídos desde supermercados. Aunque no se registraron detenidos, el operativo refleja una acción concreta contra el robo sistemático de estos bienes.
“El robo de carros de supermercado no es un hecho menor. Impacta directamente en la operación de los locales y también deteriora la experiencia de los clientes. Muchas veces, este tipo de delitos está vinculado a bandas organizadas que operan con total impunidad”, señaló Eduardo Hernández, Gerente Legal y de Cumplimiento de ALTO Chile.
Hernández explicó que el proceso detrás del robo de carros es más complejo de lo que parece. Se inicia con la sustracción, continúa con el acopio y luego la redistribución, que en muchos casos termina en arriendos informales. Este circuito clandestino vulnera múltiples normativas legales, desde ordenanzas municipales hasta leyes tributarias y penales.
Desde ALTO valoraron el trabajo en conjunto con las autoridades y subrayaron la necesidad de fortalecer los mecanismos de control y prevención, especialmente en zonas donde estos delitos se repiten con frecuencia.
“La sustracción y posterior reventa o arriendo de estos activos no sólo afecta a los supermercados. También genera desorden urbano y contribuye al deterioro de los espacios públicos”, agregó Hernández.
La empresa ha desarrollado múltiples iniciativas en el sector retail para frenar la pérdida de activos y combatir el comercio informal. En ese contexto, este operativo es un ejemplo concreto de cómo la coordinación entre el sector privado y público puede generar resultados efectivos en la lucha contra el robo y la informalidad.