Ayer sábado, Alberto Fernández, el presidente saliente de Argentina, promulgó un decreto que garantiza seguridad de por vida a todos los expresidentes cuando estén en el extranjero. Esta medida, que también se extiende a los vicepresidentes y a sus familiares inmediatos, fue una de las últimas acciones que Fernández tomó antes de pasar la presidencia a Javier Milei.
El decreto, publicado en el Boletín Oficial, tiene como objetivo proporcionar seguridad a través de la Casa Militar a los presidentes, vicepresidentes, expresidentes y sus familiares directos, así como a la Casa de Gobierno, la Residencia Presidencial de Olivos y otros lugares de residencia temporal del presidente y su familia.
El decreto también especifica que los oficiales de la Policía Federal Argentina asignados a la División de Custodia Presidencial estarán bajo el control operacional de la Casa Militar, a través del Grupo de Seguridad e Inteligencia. En los casos de desplazamientos terrestres dentro y fuera del país, la División será responsable de la seguridad del presidente y su familia.
Es importante recordar que Fernández planea mudarse a España después de dejar la Casa Rosada el 10 de diciembre, lo que ha generado controversia. Según el medio Perfil, la seguridad vitalicia para los expresidentes solo se aplicaba a eventos dentro del país, pero este nuevo decreto obligará al Estado argentino a pagar por la seguridad de Fernández y su familia también en el extranjero.
La Casa Rosada ha defendido a Alberto Fernández, refutando “informes periodísticos incorrectos” que sugerían un cambio en las disposiciones de seguridad presidencial. La oficina gubernamental aclaró que no se modificaron las disposiciones de seguridad para los expresidentes.
Además, afirmaron que la “única modificación normativa” fue centralizar en la Casa Militar de la Presidencia la seguridad del presidente en funciones, el vicepresidente y los expresidentes “bajo la misma unidad administrativa y funcional”.
