Día Mundial de la Hipertensión: la silenciosa amenaza que afecta a 1 de cada 3 chilenos
El 17 de mayo se conmemoró el Día Mundial de la Hipertensión, una fecha que no suele ocupar titulares, pero que representa una alerta urgente para la salud pública, especialmente en países como Chile, donde esta enfermedad crónica ya afecta a más del 36% de la población adulta, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto significa que uno de cada tres chilenos convive con un riesgo permanente de sufrir infartos, accidentes cerebrovasculares o insuficiencia renal sin siquiera saberlo.
La hipertensión es conocida como “el asesino silencioso” por una razón contundente: puede avanzar durante años sin mostrar síntomas claros, mientras genera un daño progresivo al corazón, los riñones, los vasos sanguíneos y el cerebro. La OMS estima que cerca del 46% de los adultos hipertensos no han sido diagnosticados, una brecha que profundiza el impacto de esta condición en los sistemas de salud de todo el mundo.
Una epidemia silenciosa en Chile
La prevalencia en Chile supera incluso el promedio mundial del 33%, lo que obliga a repensar las estrategias de prevención y control. El Dr. Javier Gárate, cardiólogo y miembro fundador del Centro Cardiovascular RedSalud advierte que “la hipertensión mal controlada deteriora gravemente la calidad de vida y multiplica el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, cerebrales y renales”.
Aunque la condición puede parecer lejana para muchos, sus consecuencias son concretas: infartos, derrames cerebrales, insuficiencia cardíaca y deterioro renal irreversible. Y lo más grave: podría prevenirse o retrasarse con hábitos tan simples como reducir la sal, dejar el cigarro, controlar el peso corporal y realizar actividad física frecuente.
¿Qué causa la hipertensión y cómo prevenirla?
El desarrollo de presión arterial alta no responde a una única causa, sino a una combinación de factores genéticos, ambientales y conductuales. Estos son algunos de los principales elementos de riesgo identificados por especialistas:
- Antecedentes familiares de hipertensión.
- Consumo excesivo de sal, azúcar y alimentos ultraprocesados.
- Sobrepeso u obesidad, que sobrecargan el sistema cardiovascular.
- Sedentarismo, que reduce la capacidad del corazón.
- Tabaquismo y consumo de alcohol, que dañan vasos sanguíneos y elevan la presión.
- Estrés crónico y falta de sueño, factores muchas veces invisibilizados.
Además, existen signos de alerta que, aunque suelen presentarse tardíamente, pueden ser señales de un cuadro hipertensivo avanzado: dolor de cabeza persistente, visión borrosa, dolor en el pecho, ansiedad, confusión, náuseas o falta de aire.
¿Con qué frecuencia debemos controlar nuestra presión?
El Dr. Gárate destaca que medir la presión arterial regularmente puede marcar la diferencia entre la prevención y la tragedia. “Detectar la hipertensión a tiempo evita complicaciones mayores. En adultos sanos mayores de 40 años se recomienda al menos una medición anual. En personas entre 18 y 39 años con factores de riesgo, los controles deben ser más frecuentes y guiados por el médico tratante”.
Además, insiste en que la medición debe hacerse en condiciones óptimas: en reposo, sin cafeína ni tabaco antes del control, y en un ambiente tranquilo.
En paralelo, el Ministerio de Salud (MINSAL) impulsa campañas preventivas para reducir la incidencia de hipertensión en la población.