Migraña: Las claves para entender a una de las enfermedades más discapacitantes que existen
La dolencia, que afecta a la vida laboral, social y al rendimiento académico, implicó pérdidas de 157 millones de días laborales en 2020, solo en Estados Unidos. En la actualidad, los tratamientos de última generación muestran resultados esperanzadores.
Josefina Cisterna recibió el diagnóstico de migraña a los 12 años, a pesar que los dolores de cabeza comenzaron de mucho más pequeña. Desde entonces comenzó con tratamientos con analgésicos y antiinflamatorios. Pero no funcionaban.
“Con el pasar de los años lo fui probando todo. Llegué al tramadol, también a los antiepilépticos y antihipertensivos. Probé acupuntura, medicina alternativa, llegué hasta una machi para probar la medicina mapuche. Pero nada funcionaba. Y fue aprendiendo a vivir con dolor”, cuenta hoy a sus 31 años. Casi dos décadas de migrañas la llevaron incluso a internarse en la clínica para poder recuperarse de algunas crisis, y a estabilizarse al menos una vez al mes en la Urgencia.
“Ha sido muy desgastante. He gastado literalmente millones de pesos. Y ha sido muy duro también en términos psicológicos. Porque la gente que desconoce el tema derechamente no cree que un dolor de cabeza te lleve a tanto. Con los años aprendí a hacer mi vida con dolor de cabeza. A sobrellevar la fotofobia, la molestia constante, la pulsación en la cabeza. Solo cuando el dolor venía acompañado de desmayos, vómitos y paralización, entonces me quedaba en cama”, cuenta esta terapeuta ocupacional, quien ha vivido depresiones y cuadros de ansiedad por un dolor que era imposible detener.
Como explica el neurólogo Raúl Juliet, la migraña es un tipo de cefalea en la que el paciente experimenta un dolor intenso que puede estar asociado a náuseas, fotofobia (molestia a la luz) o dolor de cabeza pulsátil, entre otros. “Los pacientes consultan cuando el dolor es más intenso, aumenta en frecuencia y se escapa de lo que ellos llaman normal. Aunque lo normal es que a nadie le duela la cabeza”, comenta el especialista sobre esta patología que, en su versión crónica, está catalogada por la OMS como la sexta enfermedad más discapacitante que existe: solo en Estados Unidos se calcula que el año pasado se perdieron 157 millones de días laborales por la migraña, según la fundación The Migraine Research.
“Es una enfermedad que afecta el funcionamiento laboral, social, el rendimiento académico. Provoca un detrimento de las funciones del individuo”, añade Juliet sobre esta patología que tiene amplia prevalencia en todo el mundo, que afecta principalmente a personas activas de entre 35 y 45 años y que está definida como una enfermedad neurológica invalidante.
En este contexto, el neurólogo Cristian Neira puntualiza que la migraña afecta entre un 12 a 14% de la población mundial, y de manera muy transversal, sin importar raza o condición socioeconómica. Su cronicidad, que representa entre un 2-3%, está dada por la presencia de síntomas durante tres meses o más, considerando en cada mes unos 15 días con dolor.
La data existente muestra que prevalece mucho más en el género femenino: 8 de cada 10 cefaleas son en mujeres; y por cada tres mujeres con migraña, hay un hombre con migraña. “Es un cuadro que compromete a toda la persona, tienen más indice de depresión, más tasa de síndrome de intestino irritable, más accidente vasculares, más insomnio e incluso hay más tasa de suicidio en pacientes migrañosos”, añade el doctor Neira, quien explica que esta patología es esencialmente hereditaria y que se define como una disfunción cerebral mínima, donde el cerebro es más sensible a estímulos que normalmente no debiesen provocar dolor.
Tratamientos disponibles en la actualidad
La última crisis que tuvo Josefina Cisterna duró 11 días y la paralizó por completo. “Estaba realmente postrada, no sabía ni qué día era, ni qué hora era. Me sent