Renuncia en Metro de Santiago: alto ejecutivo deja el cargo tras polémico viaje al extranjero durante licencia médica

El hecho se da en medio de una investigación por 188 permisos irregulares detectados por la Contraloría.
martes 27 de mayo de 2025

La crisis por el uso irregular de licencias médicas en empresas del Estado sumó un nuevo episodio esta semana. Patricio Baronti, quien hasta hoy se desempeñaba como gerente corporativo de personas de Metro de Santiago, presentó su renuncia tras admitir que viajó al extranjero mientras se encontraba con reposo médico.

El hecho fue reconocido por el propio Baronti a través de una carta dirigida al personal de la empresa de transportes. En ella, explicó que su salida responde a la necesidad de facilitar la investigación interna y pública en curso, en medio del escrutinio que enfrenta Metro por más de un centenar de permisos médicos irregulares.

Como parte de mi tratamiento, los especialistas me recomendaron evitar quedarme en casa, fomentando desplazamientos y contacto con personas relevantes para mí”, señaló Baronti, justificando así su estadía de cinco días en el extranjero acompañado por su madre.

Pese a ello, reconoció que haber salido del país durante una licencia médica fue “un error por desconocimiento de la regulación existente”, descartando haber actuado con dolo o mala fe. Aun así, y apelando a su rol directivo, optó por “dar un paso al costado”, permitiendo —según sus palabras— que las indagatorias se desarrollen de manera imparcial y sin interferencias.

La Contraloría General de la República, en un informe reciente, reveló que existen 188 casos de licencias médicas irregulares dentro de Metro de Santiago, lo que ha encendido las alarmas en el sector público. El órgano fiscalizador ha sido enfático en que el uso indebido de este tipo de permisos no solo constituye una falta administrativa, sino que erosiona la confianza pública y pone en jaque la ética institucional.

Desde Metro confirmaron oficialmente la salida de Baronti, en momentos en que la empresa enfrenta crecientes cuestionamientos por posibles redes de abuso dentro de su estructura funcionaria. La situación ha puesto presión no solo sobre la administración del transporte subterráneo, sino también sobre el control interno del Estado respecto al uso de licencias médicas prolongadas o indebidas.

Este episodio se enmarca en una conversación más amplia sobre el ausentismo laboral, la fiscalización insuficiente y las lagunas normativas que permiten que funcionarios, incluso de alto rango, incurran en prácticas cuestionables sin supervisión inmediata. A medida que avance la investigación, se espera que salgan a la luz nuevas aristas sobre cómo se validaron estos permisos y qué mecanismos internos fallaron para prevenirlos.

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