Robos: la solución de Oberthur Cash Protection

El pasado mes de diciembre, la Guardia Civil española detuvo a siete miembros de una banda criminal que había robado al menos 19 cajeros automáticos utilizando camiones grúa en varias ciudades españolas, entre ellas, Almería, Alicante, Valencia, Tarragona y Barcelona. Los delincuentes, de nacionalidad albanesa y con experiencia en este tipo de delitos, utilizaban camiones robados equipados con grúas, arrancaban los cajeros automáticos de sus lugares, los trasladaban a zonas aisladas, los abrían con herramientas especiales de corte y perforación accionadas por un generador y sustraían el dinero.

Unos meses antes, en febrero de 2024, la Policía Nacional española atrapó a otra banda de siete personas sospechosa de robar nueve cajeros automáticos en varias localidades de las provincias de Granada, Córdoba, Málaga, Almería y Badajoz. En este caso, los ladrones aplicaban la técnica «pizza slide» (pala del pizzero) que consiste en colocar un artefacto explosivo de fabricación casera en el orificio del cajero para romperlo y acceder a los billetes. Un recipiente metálico cuadrado o «petaca» con pólvora se introducía en el cajero mediante una varilla metálica (similar a la pala de pizzero) y un cable largo y especial conectaba el explosivo a un detonador.

Las técnicas difieren, pero los cajeros automáticos son, en España como en muchos otros países del mundo, el objetivo favorito para todo tipo de grupos delictivos. Sin embargo, la empresa francesa Oberthur Cash Protection ha desarrollado una serie de soluciones que desalientan este tipo de robos.

Pionera en este campo, Oberthur Cash Protection diseña y fabrica sistemas de seguridad inteligentes desde hace 35 años. El éxito de estas prácticas se basa en un principio muy sencillo: inutilizar los billetes robados. ¿Cómo? Con dispositivos muy eficaces como el marcado con tinta indeleble de los billetes robados, por lo cual, robar se vuelve mucho menos atractivo, hasta se diría inútil.

La delincuencia organizada aún no ha descartado los camiones de caudales, sobre todo en América Latina, porque este tipo de transporte suele estar protegido por sistemas que todavía no son suficientemente disuasorios.

La disuasión como mejor sistema de protección 

Ni el blindaje ni las armas alcanzan para disuadir equipos muy bien preparados y motivados. El pasado mes de agosto, Chile lo experimentó en carne propia con el espectacular asalto a una sucursal de la empresa Brinks en la localidad de Rancagua (90 km al sur de Santiago). En este caso, los ladrones robaron más de 11 millones de dólares, el «robo del siglo». Los delincuentes, que eran al menos veinte, lucían sofisticados disfraces: unos redujeron a los empleados, otros tomaron el dinero de las cajas fuertes, mientras que un tercer grupo se encargó de enfrentarse a la policía para facilitar la huida.

El comando también organizó una maniobra de distracción incendiando al menos cuatro vehículos en varias arterias estratégicas de la ciudad. Cuatro ladrones resultaron heridos por los carabineros durante su huida, dos de los cuales se encuentran en estado grave en el hospital. En total, más de veinte personas fueron detenidas en las semanas posteriores al asalto, entre ellas, un guardia de seguridad y una cajera de la empresa, sospechosos de complicidad con los ladrones, y cinco policías, acusados de informar a los delincuentes de los tiempos de reacción y los movimientos de la policía.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades por reforzar la seguridad, los atentados contra transportistas de fondos en América Latina siguen siendo frecuentes. La mayoría son operaciones de delincuencia organizada, que se llevan a cabo con una planificación y precisión de tipo militar.

Los camiones blindados son difíciles de forzar, por lo que los ladrones utilizan armas de fuego de gran potencia y explosivos para destruir el vehículo y poder acceder al dinero. En algunos casos, estos ataques derivan en graves actos de violencia que ponen en peligro no solo la vida de los transportadores, sino también la de los ciudadanos de a pie que tienen la mala suerte de encontrarse en el lugar equivocado en el momento equivocado.

En términos más generales, los robos de efectivo a camiones de caudales, en cajeros automáticos y comercios suponen una amenaza para las empresas implicadas y sus empleados, así como para las personas presentes en el momento de los ataques. Aunque armar al personal es parte de la solución, la experiencia en el terreno demuestra que tiene sus límites y puede resultar fatal.

Sistemas inteligentes al servicio de los usuarios

Frente a la fuerza bruta, la inteligencia puede tener un efecto disuasivo. Oberthur Cash Protection, filial de Oberthur Fiduciaire — uno de los principales impresores de billetes del mundo — utiliza tecnologías para detectar ataques o intentos de robo, y protege los billetes marcándolos de forma permanente, lo que les resta valor. En la práctica, los Sistemas Inteligentes de Neutralización de Billetes (IBNS) protegen los billetes contra el acceso no autorizado, marcándolos como robados con un agente neutralizador cuando se detecta un intento de ataque.

Una técnica de prevención del delito que consiste en eliminar el presunto beneficio del delito. Como los delincuentes buscan maximizar sus beneficios minimizando los costos potenciales de sus delitos, los IBNS eliminan el beneficio esperado (los billetes manchados no tienen valor alguno) y aumentan el riesgo de ser detenidos (el dinero manchado, al igual que la piel y la ropa manchadas, puede vincular al delincuente con la escena del crimen gracias a los marcadores de ADN incorporados en la tinta).

La Agencia de Cooperación Policial de la Unión Europea (Europol) y la Red Europea de Prevención de la Delincuencia (EUCPN, por su sigla en inglés) consideran que el uso de estos sistemas es una de las medidas preventivas más eficaces contra los ataques a cajeros automáticos.

En la actualidad, más de 60 000 de los sistemas desarrollados por Oberthur Cash Protection protegen a diario millones de billetes y muchas vidas en todo el mundo... La empresa ayuda a los profesionales del transporte de fondos, a los bancos y al comercio minorista a crear un entorno más seguro para sus empleados, clientes y público, impidiendo al mismo tiempo la delincuencia. Presente en más de 35 países, esta sociedad cuenta con más de 50 000 contenedores seguros en uso diario y más de 30 000 cajeros automáticos protegidos en todo el mundo.

La empresa desarrolla soluciones para vehículos blindados y ligeros que utilizan las empresas de transporte de fondos, y que se adaptan a todos los tipos de transporte de efectivo (entrega, recogida múltiple, transferencia, almacenamiento, reposición en cajeros automáticos). Las soluciones modulares para estos últimos también están diseñadas para ayudar a los instaladores y fabricantes a proteger los billetes durante la reposición y, una vez dentro del cajero, contra ataques físicos y robos.

Por último, Oberthur diseña soluciones para los comercios con el fin de ayudar a los minoristas, instaladores y fabricantes de máquinas de depósito de efectivo a proteger el efectivo dentro de dichas máquinas. Las soluciones de última generación conectadas también ofrecen medios alternativos de protección y gestión.

A lo largo de los años y en consonancia con los avances tecnológicos, las características de los IBNS han evolucionado gracias a la capacidad de trazabilidad por GPS o a la programación de software para su apertura a horas fijas o en lugares seguros y referenciados. Todas estas medidas evitan que se ejerza presión sobre los transportadores, ya que es imposible abrir el IBNS fuera de su destino previsto.

Es también una forma de mejorar la seguridad y las condiciones de trabajo de los transportadores. Estos sistemas han demostrado su eficacia, en varios países, y son una solución segura para los ciudadanos y las empresas. Gracias a la tecnología, los robos pueden evitarse.