Lilly Goodman arremete contra el worship contemporáneo: “Está más enfocado en vender que en conectar con Dios”
En medio de una creciente discusión sobre la autenticidad de la música cristiana actual, la reconocida cantante dominicana Lilly Goodman lanzó una crítica directa al rumbo que ha tomado el worship contemporáneo, acusando que muchas de sus expresiones actuales estarían más motivadas por lo económico que por lo espiritual.
En un entrevista dada al canal de Youtube @Keropi Sánchez PLUS, Goodman expone su preocupación por cómo la industria ha transformado la adoración cristiana en un producto comercial. “Lo que vende hoy en día es el show”, insinúa, aludiendo a artistas que centran sus presentaciones en el impacto visual, la energía desbordante y una puesta en escena digna de un concierto secular.
Aunque no menciona nombres, su comentario ha sido interpretado por muchos como una alusión a figuras emergentes como Averly Morillo, cuya dinámica escénica —marcada por saltos, gritos y una presencia vibrante— ha sido tema de debate tanto entre líderes cristianos como en redes sociales.
Goodman sostiene que esta transformación ha llevado a algunos ministros a preocuparse más por llenar auditorios que por tocar corazones. En su visión, el objetivo de la música cristiana debería seguir siendo facilitar un encuentro íntimo con Dios, y no solo encender emociones momentáneas.
La reacción del público no se hizo esperar. Mientras unos aplauden la franqueza de Goodman, destacando su compromiso con la profundidad espiritual, otros defienden a las nuevas voces del worship, argumentando que el estilo más enérgico también puede ser auténtico y estar lleno del Espíritu Santo.
El debate trasciende generaciones. El contraste entre el worship clásico —como el de Jesús Adrián Romero o la misma Goodman— y el estilo contemporáneo refleja una divergencia generacional más amplia dentro del cristianismo: ¿debe adaptarse el mensaje a los nuevos formatos culturales o mantenerse firme en formas más sobrias de adoración?
Por ahora, la conversación continúa, mientras miles de jóvenes se siguen conectando a través de diferentes formas de expresión espiritual. Lo cierto es que, en esta nueva etapa del worship, la línea entre lo ministerial y lo comercial es cada vez más delgada.